miércoles, 12 de octubre de 2016

Teoría y Psicología de la Supervivencia

Teoría y Psicología de la Supervivencia

     Recordemos que: La supervivencia es la situación en la que uno o varios individuos se encuentran con recursos limitados para su subsistencia y haciendo uso de los recursos que le brinda el entorno se deben procurar la permanencia saludable y los medios para llegar a un lugar seguro, mejorar sus condiciones o asegurarse el recibir ayuda.

     La preparación previa en cuestiones de supervivencia puede resumirse en tres grandes campos: el psicológico, el físico y un tercer campo es el técnico aunque su importancia no es inferior a los otros dos temas requiere cierto grado de especialización y por lo general es mas costoso y exige mas tiempo, pero si la economía y el tiempo lo permiten bien vale la pena tomar todo curso que se pueda recibir, desde uno de cocina hasta los de paramédico o de manejo de cuerdas y escala, hasta los mismos cursos de supervivencia que algunas fuerzas armadas o campamentos brindan a civiles.


PREPARACIÓN PSICOLÓGICA BÁSICA:

     Es la preparación mental del individuo, esto primeramente por que una situación de supervivencia extrema no necesariamente debe darse en un campo de batalla o en un terreno abierto.

     Suele ocurrir que somos dependientes de nuestros hábitos y comodidades y lo descubrimos en el peor momento. Son desde la incapacidad de estar sin un celular hasta el hecho de aterrarnos ante una gota de sangre o la oscuridad total, una carencia vital puede venir ya sea por un asalto o por el simple hecho de tropezar en soledad y lesionarse gravemente, es aquí donde se aplica lo que puede considerarse la regla mas importante "conservar la calma" esta sencilla regla nos ofrece de inmediato una ventaja mayoritaria pues nos permite planear o reaccionar de manera mas acertada en casi cualquier ambiente o contra cualquier contingencia que nos pudiera afectar, pero esto solo lo conseguiremos con entrenamiento mental sobre nuestra acepción del medio que nos rodea y del que podríamos prescindir querámoslo o no de un momento a otro. 

     Como hacerlo: primero identificando nuestras dependencias y creando la carencia temporal de ellas, observando nuestras reacciones a tales carencias y trabajando en ellas hasta saber el nivel de control que tenemos sobre las mismas. Por ejemplo conocí una persona que tenia toda la preparación física y técnica pero ocurría que cuando se encontraba en completa soledad le era imposible aplicar cualquiera de las técnicas aprendidas por lo que la fuerza física también resultaba inútil.

     Esto se comprueba con el sencillo ejercicio de "sobrevivir un día" en tu entorno diario con una mano atada a la espalda sin hablar o escribir o con los ojos vendados, al experimentarlo encontraremos que las tareas mas comunes se vuelven complicadas y frustrantes experiencias, ahora bien si nos halláramos con estas carencias en terreno desfavorable ¿podríamos salir adelante?


PREPARACIÓN FÍSICA BÁSICA:

     Esto es un tema que no puede faltar dentro de las técnicas de supervivencia pues se relaciona automática mente la supervivencia con la capacidad de pasar sobre obstáculos y luchar contra el medio a puño limpio, en realidad la preparación física necesaria para sobrevivir a una situación limite consiste en el conocimiento de nuestras fortalezas físicas y debilidades y el saber como utilizarlas a nuestro favor pues suele suceder que quien se cree con fuerza física "suficiente" para una tarea extrema resulte lesionado y hasta comprometiendo a un grupo que lo creía la esperanza de rescate.

     Iniciaremos nuestro entrenamiento conociendo nuestros límites físicos que van desde que callo o rodilla duele al caminar y a partir de que distancia me afecta. Por ejemplo vemos atletas que recorren muchos kilómetros de continuo pero lo que no vemos es que beben el agua que les provee el vehículo de apoyo a cada 100 metros. Piensen en una situación limite ¿estarían preparados para sobrevivir sin el equipo de apoyo? después de conocer nuestros limites físicos es preciso conocer en que momento debemos detenernos para retomar la actividad sin que esto conlleve un descanso prolongado o el cese total de las actividades, pueden hacerse ejercicios de caminata o de recorridos cortos que con el tiempo se irán incrementando en distancia y rigor esto en pocas semanas nos dará una condición que puede incrementarse indefinidamente según nosotros trabajemos en ellas.


     Con esto hablo de tareas como ir al trabajo a pie, o de visita al pariente cercano sin tomar el bus. Esto no solo incrementa la fuerza física sino el sentido de orientación, resistencia a la exposición a los medios como el viento, frío, sol, o adaptación al terreno, sin mencionar el hecho ya conocido de que: no falta quien sale de excursión con "botas nuevas" o una mochila que se compro por "bonita" y que ya en el terreno resulto ser extremadamente incomoda o sobrecargada por que se le metió todo cuanto pudo "por que le cabe".

     Tomando en cuenta lo anterior es recomendable: Aparte de conocerse uno mismo y trabajar en las deficiencias hasta superarlas, así como el hecho de conocer el material con el que se trabajará.

     Por ejemplo usar las botas nuevas un par de semanas para domar las y evitar así molestas ampollas, conocer el quipo propio o prestado pues otro caso clásico es el del compañero que descubre que no tiene idea de como armar su tienda hasta que llega al destino bajo la lluvia y cansado.

     Otra medida previa es: cuando no se ha tomado un curso especializado, prepararse practicando hasta dominar cada uno de los "trucos" que se vieron en libros o televisión pues resulta que hasta la humedad reinante en el lugar donde nos encontramos así como el viento o la simple carencia de un lugar donde apoyarse o permanecer de pie, altera gravemente nuestro estado físico, anímico y el control sobre los recursos con los que pudiéramos contar.



     Con todo lo anterior intento que al momento de presentarse una emergencia real o una situación de supervivencia extrema en campo o ciudad no se carezca de la entereza o preparación necesaria para afrontarla sino que ya preparados mental y físicamente se puedan tomar las acciones necesarias para salir exitosos de la crisis.

Supervivencia deportiva y supervivencia real

     La supervivencia deportiva es un deporte de aventura con múltiples facetas, ya que requiere conocimientos de técnicas de variadas disciplinas (orientación, escalada...) y del medio (botánica, meteorología...) que nos permitan  desenvolvernos en la naturaleza, reconocer y aprovechar sus recursos y evitar sus peligros.

     La práctica de este deporte fortalece el cuerpo y la mente y aumenta la seguridad en nosotros mismos, nuestra capacidad de improvisación, de lucha por la existencia y nos prepara para una situación de supervivencia real. Sin embargo, la mayoría de nosotros jamás tendremos que enfrentarnos a tales circunstancias, pensaréis.

     Es cierto que no necesitaremos comer grillos ni dormir en un refugio improvisado, pero los beneficios psicológicos que proporciona nos ayudarán a enfrentarnos a la lucha por la vida en nuestra sociedad consumista depredadora.

     Por otro lado, cualquiera que practique montañismo puede verse incomunicado en medio de ninguna parte por un brusco cambio de tiempo, los trekkings a zonas salvajes y apartadas están cada vez más de moda, con el riesgo de perderse o tener un accidente, aunque sea mínimo, siempre presente, y millones de personas viven en zonas con peligro de inundaciones o terremotos. Incluso en la era de las telecomunicaciones, cuando todo el globo terrestre está fotografiado y cartografiado, existen zonas a las que nuestra civilización no ha llegado. Pero no nos engañemos, nadie está totalmente preparado para enfrentarse al violento choque mental y emocional que supone encontrarse abandonado y solo en un lugar remoto. Las técnicas de supervivencia nos ayudarán a vencer al medio, pero el peor enemigo está dentro de nosotros: pánico, soledad, desesperación..., y para vencerlo hay que conocer cómo funciona.

El poder está en la voluntad

     Debemos tener en cuenta que una situación de supervivencia es una prueba de resistencia. Y en este tipo de pruebas el músculo que jamás debe fallar es la voluntad. Voluntad de vencer, voluntad de sobrevivir, este es el factor más importante. Al final todo se reduce a una actitud psicológica fuerte que nos permita enfrentarnos sin desfallecer a la desesperación, la angustia, el tedio, el dolor, el hambre, la fatiga... Si no estamos mentalmente preparados para enfrentarnos con lo peor tendremos pocas posibilidades de sobrevivir.

Aliado y enemigo: miedo y pánico

     Es imposible no sentir miedo cuando uno se encuentra aislado y perdido lejos de la civilización. El miedo es una reacción natural de todos los animales frente a elementos hostiles, una descarga de hormonas en la sangre que agudiza los sentidos y prepara el cuerpo para luchar o huir. En este sentido, el miedo es, sin duda, beneficioso. La cara oscura del miedo es el pánico. El miedo descontrolado e irracional. Jamás debemos caer en él. El pánico es destructivo, conduce a la desesperación, impide analizar la situación con claridad y tomar decisiones positivas. Conocer las técnicas de supervivencia inspira confianza y es un paso muy importante para evitar sucumbir al pánico. Por otro lado, debemos concentrar nuestro pensamiento en el análisis de la situación y las tareas que debemos realizar para aumentar nuestras probabilidades de supervivencia, y eliminar de inmediato cualquier pensamiento autocompasivo, o de desesperación.

Los enemigos silenciosos: soledad y tedio

     La soledad y el tedio llegan de forma gradual una vez que el individuo, realizadas las tareas inmediatas, se sienta a esperar y la mente comienza a divagar y a jugarnos malas pasadas. Con ellas aumenta la depresión y disminuye la voluntad de sobrevivir. Se combaten de la misma manera que el miedo y el pánico: manteniendo la mente ocupada. Siempre existen tareas que realizar para aumentar las probabilidades de ser rescatado (preparar fogatas, señales...) o simplemente para estar más cómodos (construir un refugio...). Analícense los peligros o emergencias que nos pueden sobrevenir y prepárense planes para afrontarlos. Es una buena idea.

La mejor arma: estar preparados

     Indudablemente, nadie espera encontrarse en una situación de este tipo, pero si viajamos por zonas deshabitadas o en avioneta o por mar, el riesgo, aunque sea mínimo, siempre está presente. La regla principal que todo el mundo debe seguir es informar a alguien de cual va a ser nuestro itinerario. De esta manera aumentan nuestras posibilidades de ser rescatados con brevedad. Llevar un equipo de supervivencia en nuestra mochila, un manual de supervivencia y conocer las técnicas que nos ayudarán a sobrevivir proporciona una gran fuerza psicológica. Por otro lado, una vez extraviados, siempre hay que prepararse para el supuesto de que pasaremos un largo periodo de tiempo en el que tendremos que seguir vivos, incluso aunque hayamos informado de nuestra ruta. Normalmente es mejor permanecer al lado del vehículo accidentado. Si nos alejamos de la ruta que habíamos trazado para nuestro viaje tendrán más dificultades para rescatarnos.

     No debemos olvidar que el momento más duro será cuando el avión o el barco se aproxime a nosotros y pase de largo. Supondrá una dura prueba psicológica; la desesperación y el abatimiento en estos casos son naturales, pero debemos luchar contra ellos y pensar que ya pasará otro. Si nos están buscando, antes o después volverán. La preparación física también es importante. Lógicamente tendrá mas posibilidades de sobrevivir quien está en buena forma que quien no. Pero el riesgo no se encuentra en estar en baja forma, si no en ignorarlo. Debemos valorar nuestra fuerza y resistencia de forma realista, sin dejarnos influir por las marcas de nuestra juventud. Hay que tener la sensatez de adecuar nuestras actividades a lo que somos capaces de hacer. Acometer empresas que luego no podremos terminar sólo sirve para derrochar una energía muy valiosa y que nos invada la desesperación.

Cómo actuar

     Tener un plan de acción aumenta nuestra confianza y mantiene nuestra mente ocupada. Los siguientes puntos pueden ayudarnos a elaborarlo.

     1.-Análisis de la situación: Se debe analizar la situación para organizar un plan. Quizá hay heridos, o me amenaza algún peligro. Tener agua y alimentos es importante, igual que poder obtenerlos por los alrededores. A la hora de trazar un plan hay que establecer prioridades. Hay que tener en cuenta los peligros del entorno y cómo evitarlos. En ocasiones, dependiendo de cada situación concreta, habrá que alterar el orden de las prioridades o sustituir unas por otras. Por
ejemplo:

- Prestar primeros auxilios
- Preparar las señales
- Abastecerse de agua
- Procurarse un refugio
- Abastecerse de comida
- Prepararse para desplazarse (normalmente suele ser mejor permanecer al lado del vehículo accidentado, pero no siempre)

      Es útil preparar un inventario del material, el agua y la comida de la que disponemos y prepararnos para abastecernos por nuestros propios medios de estos últimos antes de que se agoten las reservas.

     2.-No tener prisa: Salvo en los casos de urgencia médica, la conservación de nuestra energía es un factor más importante que el tiempo. Por otro lado, el agotamiento por una actividad física sin un objetivo preciso provoca una situación de desamparo que socava nuestra moral. Por ello, todo lo que hagamos tiene que responder a un plan y un objetivo preciso.

     3.- Recordar dónde te encuentras: Probablemente tendremos que alejarnos del lugar del accidente, de nuestra base o refugio para explorar los alrededores. En estos casos hay que tomarse un tiempo en analizar los rasgos del paisaje y hacer un mapa mental del lugar. Debemos marcar el camino para poder volver sobre nuestros pasos y no perdernos, pues el golpe psicológico que provoca esta situación es durísimo.

     4.-Dominar el miedo y el pánico: Hay que mantener la mente ocupada con estas medidas. Debemos ser optimistas y confiar en ser rescatados, pero también debemos prepararnos para afrontar futuros problemas.

     5.-Improvisa: En una situación de supervivencia siempre hay algo que hacer. Utilizar nuestra inventiva y creatividad aumenta nuestra confianza.

    6.-Valora tu vida: Si perdemos la voluntad de sobrevivir, el deseo de mantenernos con vida, el conocimiento de estas técnicas es inútil. No debemos correr riesgos innecesarios que puedan provocarnos un accidente.

Circunstancias personales

     Las personas que emprendan viajes, especialmente si van a zonas alejadas o peligrosas, deben tener en cuenta sus necesidades personales y deben incluir sus medicamentos en el equipaje. También deberían llevar unas gafas de repuesto quienes las necesiten. Cada uno debe conocer sus circunstancias y prepararse para afrontarlas.

Recuerda estas palabras de Ray Mears:

Esto es lo básico que vas a necesitar a partir de ahora:

-Algo en lo que llevar tu equipo.
-Algo bajo lo que dormir.
-Algo en lo que dormir.
-Algo sobre lo que dormir.
-Algo sobre lo que cocinar.
-Algo en lo que cocinar.
-Algo para llevar agua.
-Algo para orientarte.
-Algo para iluminar.
-Algo para comer.

     En realidad son cosas muy sencillas, no es cuestión de complicarse, pero mas vale que lo que hagamos lo hagamos bien por que nuestra vida y puede que la de alguien mas estén en juego.

Principios de Supervivencia
Principios que se deben aplicar para guiar nuestras acciones.




1. ANTICIPAR: Los que dicen: "Esto no puede estar pasando!" Todavía están en la fase de negación, el sobreviviente está listo o ya ha actuado.

2. SER CONSCIENTE : El ejército llama "conciencia situacional"  nivel de lo que significa ser consciente de la situación económica, política y ambiental,  la evolución de las comunidades y el empleo. ¿Cuáles son las tendencias? ¿Cuáles son los riesgos de desarrollo, la escasez y las amenazas? En un nivel más inmediato debes desarrollar el hábito de observar y analizar las cosas a tu alrededor. ¿Quiénes son esas personas que vienen hacia mí? ¿Huelo humo? (recomiendo la lectura de varios artículos de este blog sobre consciencia situacional)

3. ESTAR AQUÍ AHORA : Esto es obvio, pero no se piensa en ello. Cuando estamos con el teléfono, leyendo mensajes de texto, jugando un juego... no estamos aquí. No nos ajustamos a lo que está pasando a nuestro alrededor. Esto está bien en un ambiente seguro, pero nunca en una "situación de riesgo". Una situación de supervivencia requiere estar 100% en este tiempo y en este lugar. Las distracciones o pensamientos acerca de lo bonito que sería no estar en este lugar en este momento sólo empeorarán la situación y la supervivencia sera menos probable. Enfoca !

4. MANTÉN LA CALMA : Más fácil decirlo que hacerlo. Una vez que hayas escapado a la amenaza inmediata, toma algunas respiraciones profundas y lentas. Ordena tus pensamientos. Recuerda que tu tranquilidad (o aparente calma) ayudará a otros a seguir tu ejemplo.

5. EVALUAR : Piensa en como esta la situación y cuáles son las opciones. Ten en cuenta tu propio nivel de salud, conocimientos y recursos.¿ Vas a tener ayuda o estás por tu cuenta ?

6. HAZ LO QUE DEBAS:  Una vez que sepas lo que hay que hacer para sobrevivir centrarse sólo en la forma de llevarlo a cabo.  No pienses demasiado acerca de los otros mil pasos que te quedan por delante.

7. TOMAR EL CONTROL:  Esto es lo que todos debemos hacer ahora para enfrentamos a una situación de emergencia y lo que debemos es estar preparados para responder de inmediato cuando suceden cosas malas. Necesitamos ser los dueños de la situación. Debemos tener un futuro, no temer un futuro. Esa es la diferencia entre sobrevivientes y víctimas.

8. TIENE LO QUE NECESITA : Eso suena simple, pero requiere de anticipación y conocimiento cuidado de tener las cosas donde y cuando se necesiten. Por ejemplo: tener un montón de comida y armas de fuego no es lo que necesitamos cuando tenemos un incendio en casa. Necesitaremos buenos extintores ya ! No es lo que tienes, es lo que tienes contigo.  El establecimiento de prioridades y la adquisición de habilidades, suministros y equipo son fundamentales para salir adelante de una forma rápida.

9. USA LO QUE TIENES: Dos es uno, uno es ninguno. La acumulación de cosas por sí solo no asegura la supervivencia. Tiene que saber cómo usarlo y después usarlo con eficacia. También nos enfrentamos a situaciones en las que necesitamos improvisar. Desperdicios y desechos pueden convertirse en artículos necesarios. La naturaleza proporciona alimentos, vivienda, combustible y otras necesidades cuando no tenemos otras opciones. El entrenamiento de supervivencia aumenta en gran medida las opciones y capacidades con y sin material.

10. HACER LO NECESARIO: Esto puede sonar obvio, pero a menudo el hecho de no hacer lo que se requiere acaba matando. La vida civilizada nos ha programado para adoptar hábitos, miedos y reacciones que son contrarias a la necesidad de supervivencia. El orgullo, miedo, repugnancia, fatiga, dolor son estados que pueden dar lugar a malas decisiones. Esto no quiere decir que la moral, la lealtad y la compasión se deban abandonar.

11 NUNCA DARSE POR VENCIDO

La regla de los tres, minutos, horas, días y semanas.


La planificación previa adecuada evita perecer antes de tiempo. A tal efecto mí equipo se ajusta a la regla de los 3. En los tres primeros minutos si es posible tengo que señalizar el accidente y puede que alguien me rescate. Al mismo tiempo en esos instantes lo más importante son los primeros auxilios.

     En las tres horas siguientes mi prioridad es el abrigo y refugio así como el fuego. El fuego es un de los elementos mas importantes para el bienestar físico y mental. Prevenir la hipotermia es fundamental.

     En los tres días siguientes las herramientas que llevemos (pocas pero bien elegidas) o las que construyamos, así como la necesidad de agua van a resultar prioritarias.

     A partir de ahora nuestros conocimientos de navegación / orientación y la comida resultaran prioritarios. 
Convendría llevar siempre un pequeño stock de alimentos cuando hacemos senderismo o actividades al aire libre. Esto evita el tener que pronunciar "¡ debemos encontrar comida !" cuando uno se encuentra perdido. Nadie se pone a buscar comida a las tres horas de una situación de emergencia.

     "Se vive con lo que llevas en la mochila y se sobrevive con lo que llevas en los bolsillos"

Señalización:

- Espejo de señales.
- Linterna. Si es de las que se les puede reducir la potencia duraran mas las pilas y si tiene función S.O.S pues mejor. Pilas o baterías de repuesto.
- Silbato.

Primeros Auxilios:

- Kit ligero con énfasis en la cura de sangrado por cortes.
- Vendas.
- Tiritas.
- Lupa.
- Tijeras.
- Betadine.
- Alcohol.
- Analgésicos.
- Pinzas.
- Bisturí. Cuidado con él si no lo sabes utilizar.
- Crema antiséptica.
- Imperdibles.
- Anzuelos.
- Cacao.
- Cinta adhesiva.

Refugio:

- Nuestro mejor refugio es ir adecuadamente vestidos, para la salida prevista.
- Gorro de lana o sintético.
- Bolsas de plástico gigantes.
- Manta de supervivencia llevar varias.

Fuego:

Me gusta la seguridad de poder hacer un fuego cuando lo necesito sin demasiadas complicaciones.

- Encendedor Bic.
- FireSteel.
- Cerillas antitormenta.
- Yesca.
- Encendedor solar.

Herramientas:

- Una multiherramienta.
- Un cuchillo.
- Una navaja.
- Paracord / cordino / cuerda rapel / cinta.
- Sierra de cable.
- Alambre.
- Hilo dental.
- Papel de Aluminio / bolsas de horno.
- Puntas de flecha.

Agua:

- Botella de agua de acero inoxidable / plástico.
- Pastillas potabilizadoras.
- Bolsa de plástico.
- Tubo de plástico.

Navegación:

- Brújula.
- Plano.
- Papel y lápiz.
- Brújula de botón.

Comida:

- Barras de cereales.
- Azúcar / Sal.
- Caramelos.
- Frutos secos.
- Sopa liofilizada.

     Independientemente de todo lo que quieras llevar en tu kit, lo que siempre absolutamente siempre tienes que llevar en los bolsillos es: un Encendedor, una Linterna y una Navaja. Y recuerda que tu mejor kit son tus conocimientos.

Consciencia Situacional en Supervivencia

La definición más popular y aceptada de la consciencia situacional es la que proporcionó la investigadora estadounidense especialista en factores humanos Mica Endsley:

     "es la percepción de elementos en el medio ambiente dentro de un volumen de espacio y tiempo, la comprensión de su significado y la proyección de su situación en el futuro cercano".

     "La supervivencia en un dogfight (combate aéreo) era cuestión por regla general de una posición mental en la que se observa los movimientos en el mismo instante del oponente, anticipándose a los siguientes movimientos que realizará en las siguientes fracciones de segundo, actuando antes de que él lo haga. Los pilotos de la USAF llegaron a identificar la consciencia situacional con las fases: "observación" y "orientación" del famoso bucle observación → orientación →decisión → actuar (denominado Bucle OODA del inglés: Observe → Orient → Decide → Act) o ciclo de Boyd, tal y como lo describió el aviador coronel y teórico de la USAF John Boyd. En combate, la estrategia ganadora es mantener al oponente en las primeras posiciones del bucle OODA (observación-orientación), evitando que tome sus propias decisiones o que las tome más rápido o incluso mejor que su oponente, haciendo que la situación cambie rápidamente y que el oponente no pueda monitorizar, para que no pueda comprender. Perdiendo de esta forma su propia consciencia situacional, o lo que es lo mismo permaneciendo "fuera del ciclo" ("out of the loop")."

     En términos simples, la consciencia situacional es el proceso de conocer lo que está sucediendo a su alrededor en todo momento y tener un plan para responder a un suceso anormal. Muchas personas piensan que los que practican la consciencia situacional son personas demasiado preocupadas, paranoicos, inseguros o asustados, y ninguna de las cuales es cierta. Ser cognitivo de los alrededores y tener un plan para responder a situaciones anormales es la clave para sobrevivir y te da una gran ventaja cuando las cosas van mal.

     La velocidad está matando a nuestras decisiones. Parpadeamos, cuando deberíamos pensar.

     Aquellos de nosotros que encontramos tiempo para dar un paso atrás y pensar, tenemos una gran ventaja.

     Nadie entendió el desafío de la presión del tiempo en la toma de decisiones mejor que el estratega militar John Boyd. Boyd desarrolló un marco de toma de decisiones. Es conocido por la sigla OODA, para observar, orientar, decidir y actuar.

     El objetivo final de OODA es actuar rápido, pero no el primero necesariamente. Esto se aplica a un montón de cosas al margen de los conflictos armados. En general, podemos tomar mejores decisiones cuando se minimiza el tiempo necesario para decidir y actuar – para que podamos dedicar más tiempo a la observación y la orientación.

     Debido a que un jugador profesional de tenis tiene sólo la mitad de un segundo para golpear la pelota, puede parecer que la clave del éxito sería ir más rápido. Pero a alta velocidad los estudios muestran que los profesionales son mejores que el resto de nosotros porque comienzan sus cambios más tarde. Se espera unos milisegundos extra, para que puedan obtener más información acerca de la velocidad y la trayectoria de la pelota, luego orientarse a fin de hacer un swing ideal.

     Si se requiere demasiado tiempo para decidir o actuar, nos vemos obligados a finalizar la observación y la orientación anterior. Y si actuamos con demasiada rapidez, se podría responder a un problema de forma errónea.

1. Observar

     El primer paso de cualquier buena decisión es tomar la información. 

     El primer paso es simple: ¿qué ves?

2. Orientar

     Obviamente, no se refiere a orientarse en el terreno con un mapa, sino en la situación global. Es decir, ordenar nuestros pensamientos, situarnos dentro del marco de la situación global que queremos, y calcular las posibilidades que se nos ofrecen.

     Una vez que haya reunido la información pertinente, el siguiente paso es procesarla y posicionarse para una decisión. Orientación es tomar conciencia de las implicaciones de lo que estámos viendo.

     El segundo paso también se pierde cuando el tiempo es escaso. Sin embargo, sin una orientación adecuada, iremos en la dirección equivocada.

3. Decidir

     Por último, una vez que se ha reunido la información y entiende las preguntas clave (quién, qué, cuándo y dónde), es el momento de tomar una decisión. Ten en cuenta que este paso es distinto de la acción. Es puramente mental, en el momento antes de la implementación.

     Mediante el entrenamiento, hemos de conseguir que todas aquellas decisiones que se tengan que tomar en un breve espacio de tiempo han de ser tomadas con la mente subconsciente, dejando que sean automatismos. 

     Estas decisiones subconscientes, las tomamos en base a la experiencia anterior sobre lo que observamos y orientamos, y sobre el tiempo disponible para tomar esa decisión. Cuanto menor tiempo tengamos, mayor probabilidad de que decidamos subconscientemente  Cuanto mayor tiempo tengamos para decidir (ya sea porque la amenaza está lejos, o no la consideremos como tal), mayor uso de la mente consciente haremos.

4. Actuar

     Una vez que ha tomado la decisión, que debe aplicarse de la manera más eficiente, de manera directa. No mires hacia atrás.

     El cuarto paso no es el definitivo. Una vez que esté completo, volver al paso uno: observar. No adivinar. En su lugar, evaluar.

     Actúa rápido para ir despacio. Usa el tiempo, en lugar de dejar que el tiempo te use.

     A pesar de que puede que no tengamos tiempo para estudiar el bucle Boyd, se pueden aplicar los conceptos como parte de su procedimiento de toma de consciencia situacional. La practicar de aplicar este proceso a todos los aspectos de la vida puede mejorar nuestro rendimiento en todo, desde la conducción, el trabajo, las aficiones, la familia, las relaciones...

     Dos de los aspectos mas importantes del conocimiento de la situación son los siguientes:

1) Determina el ambiente que te rodea

2) Estoy solo o con otros.

     En cada uno de estos casos, la respuesta a una situación anormal será totalmente diferente. Obviamente, si estamos solos nuestras acciones no deben ser coordinadas con nadie más. Esto nos dará más opciones y menos restricciones al determinar la acción.

     A la luz de todo lo anterior, la consciencia situacional es un estado de ánimo. Por lo tanto, se debe practicar constantemente para adquirir fluidez en su uso y aplicación. Además, la comprensión de los diversos estados de la mente es esencial para la comprensión de la consciencia situacional y su aplicación diaria.

     A donde nos lleva todo esto:


     A Estar Preparados

     ¿ Que puede ayudar a estar mejor preparados en caso de que un evento adverso ocurra ?. La mejor manera es el llevar cada día nuestro EDC, con nosotros y fácilmente disponible. (llaves, teléfono, linterna, cuchillo, navaja, multi-herramienta, survival kit, sistemas de protección personal, kubotan....). Esta pequeña recopilación de herramientas nos da una tremenda habilidad para manejar múltiples escenarios que pueden ocurrir.

     Es necesario enfatizar cuan importante es la formación en lo que respecta al éxito  Por lo tanto, para perfeccionar nuestra habilidades se debe entrenar constantemente. Esto significa la toma de decisiones metodológicas sobre la base de una buena información  Practicar el conocimiento de la situación en todo momento, no importa donde nos encontremos. Por ultimo aprender a utilizar las herramientas EDC con eficacia y rapidez. Esta es la clave del éxito.

     En resumen, la consciencia de la situación es un estado mental de alerta que te permite ser activamente consciente en caso de un incidente adverso que pudiera suceder. En este caso, la correcta aplicación de conciencia de la situación te permitirá responder con rapidez y de forma inteligente para que puedas resolver correctamente la situación. Tener las herramientas necesarias EDC / Supervivencia contigo y el el conocimiento de su uso te permitirá sentirte seguro en tus acciones. La capacidad de responder con rapidez y de forma positiva y la sensación de seguridad provienen sólo de practicar, practicar y  practicar.


Conciencia del Riesgo y de la Situación

Diferencia entre el alcance y la proximidad:

     La Conciencia del Riesgo a menudo implica un mayor alcance, mientras que la Conciencia Situacional esta generalmente mas cerca de ti y afecta a tu supervivencia inmediata.

Conciencia de Riesgo

     La Conciencia del Riesgo es muy amplia y aplicable a todo tipo de circunstancias y posiciones. A menudo se utiliza en los negocios como un medio para asegurar buenas prácticas de mitigación de riesgos. En cuanto a la preparación para la supervivencia, el control del riesgo debe incluir la forma habitual de pensar y ser una forma de vida, una capa externa de la conciencia, para adaptar las medidas adecuadas para reducir los efectos potenciales de riesgo. Los riesgos propios, en este contexto, son mas hipotéticos ya que están basados en niveles de probabilidad. Los escenarios de riesgo en general aún no se han producido y los escenarios de adaptación están planeado y se pondrán en marcha en función de su probabilidad de ocurrencia.

Conciencia de la situación

     Conocimiento de la situación es la conciencia personal de su entorno inmediato y los riesgos que se presentan allí, ahora. Aunque podemos prepararnos para las circunstancias que puedan resultar de los escenarios de conocimiento de la situación, es el propio acto de conciencia de la situación que está sucediendo en el tiempo y en el espacio inmediato a su proximidad física. Puede ser muy claro, o puede ser peligroso, pero no lo sabrías si no fueras consciente de la situación que te rodea.

Preparación Supervivencia

     La preparación para la supervivencia es en gran parte una adaptación al riesgo y al conocimiento de la situación. Un ejemplo de adaptación a la conciencia del riesgo puede ser tan grande como el establecimiento de un suministro de alimentos para un año o tan poco como la adición de un botiquín de primeros auxilios, o un kit de 72 horas de tu coche. La adaptación al conocimiento de la situación puede ser tan extremo como defenderte de un agresor con intención de matar o tan leve como cruzar la calle para evitar un posible conflicto en una revuelta que se ta produciendo.
     Ambos tipos de conocimiento tienen un papel muy importante en la preparación para la supervivencia. De hecho, debe ser lo primero en tu proceso de pensamiento. Necesitas saber lo que se está preparando, de manera que se pueda proceder con las acciones apropiadas y la mitigación de riesgos. Es lógico. Orienta tus objetivos específicos basados ​​en las propias amenazas.

Consejos de Seguridad
Siempre estate alerta y consciente de tu entorno y de las personas que te rodean.

Haz contacto visual informal con la gente al caminar.

No te distraigas o quites la vista de alguien que parezca sospechoso en una situación que puede ser peligrosa.

Siempre lleva contigo dinero en efectivo y una tarjeta de crédito en caso de que lo necesites para una emergencia, llamar a un taxi, etc

Siempre que sea posible, salir a los estacionamientos oscuros.

Siempre informa a tu familia o amigos, si estás de viaje, y dales fechas, itinerario y lugares que visitarás.

Trata de mantenerse alejado de la maleza o árboles al caminar o correr. 

Siempre esta preparado para huir de un atacante y gritar.

Si es posible, anota el número de matricula y la descripción del coche, que te pueda resultar sospechoso por algún motivo.

No responder a la conversación de los extraños en la calle.

Camina con confianza, a un ritmo constante, y ten las llaves listas en la mano.

Evita estar con el teléfono móvil, con un iPod... sin ser consciente de tu entorno, esto te hace un blanco fácil.

Evita lugares peligrosos en la noche, visitarlos durante las horas diurnas.

Parar y mirar a tu alrededor si te sientes inseguro al entrar en un área. Es posible que desees volver a una hora diferente. Confíe en tus instintos.

Evite una parada de bus aislada o paradas de tren . De lo contrario, mira continuamente a su alrededor. Tenlo en cuenta.

No te quedes mucho tiempo en un mismo sitio para evitar ser un blanco fácil.

No abras la cartera o billetera al abordar el autobús, ten el precio listo.

No mantenga joyería llamativa a la vista .

Siéntate lo más cerca del conductor del autobús como sea posible, cuando viajes a horas intempestivas.

Revise tu cartera o billetera si alguien está a empujones, amontonamientos o empujando.

Nunca dejes tu bolso, mochila o maletín a la vista. Ciérralo cuando salgas de tu escritorio u oficina.

Mantén la puerta de la oficina cerrada si trabajas solo o antes / después de las horas normales de trabajo.

Evita el contacto en el ascensor con otra persona si no te sientes cómodo con esa persona, coge otro ascensor. Si tienes que entrar, ponte junto al panel de control de modo que si eres atacado, puedas pulsar la alarma y muchos de los botones de control como te sea posible.

Esta alerta de los carteristas en ascensores llenos de gente.

Esta al tanto de las vías de evacuación en caso de emergencia y números de teléfono de la Policía y Bomberos en tu teléfono móvil para que no tengas que buscar a tientas entre muchos números.

Evita lugares peligrosos como callejones tranquilos o mal iluminados, en el metro o aparcamientos aislados. Camina por el centro de la acera si la calle está desierta.

Considera la posibilidad de dirigirte a un lugar público, un lugar que sabes que habrá otras personas.

Evita pasar al lado de coches inmóviles con el motor en marcha y gente sentada en ellos.

Trata de mantener las manos libres y no con las manos en los bolsillos.

Camina de frente al tráfico siempre que sea posible, para evitar rastreadores de bordillo.

Mantén tu mente en el entorno, recuerde si estás charlando en tu teléfono móvil o el uso de un equipo de música personal, no escuchará un problema que se acerca.

Se extremadamente cuidadoso al utilizar cajeros automáticos . Asegúrate de que nadie se movía cerca y no cuentes tu dinero en el medio de la calle.

Confía en tus instintos y toma medidas si crees que te están siguiendo. Haz con confianza lo que puedas, cruzar la calle, dirigirte a ver quién está detrás de ti. Si todavía te están siguiendo, seguir adelante. Ir a una zona muy concurrida y decirle a la gente lo que está sucediendo.

Ten mucho cuidado con alguien que te advierte del peligro de caminar solo y se ofrece a acompañarte. Se trata de una estratagema de algunos atacantes.

Considera la posibilidad de llevar una alarma de seguridad personal, que se puede utilizar para sorprender y desorientar a un atacante y te da segundos vitales para escapar.



¿ Que es una necesidad de supervivencia ?

     Antes de poder comenzar a cumplir con las necesidades de supervivencia, es importante entender cuales son esas necesidades y el orden en el que se vuelven importantes. A veces son evidentes por sí mismas y otro no lo son. Nuestro juicio puede empezar a nublarse por muy variadas preocupaciones. Lo difícil es anticipar las necesidades y prever con antelación.

     Probablemente, la mas reconocida aunque simplista es la jerarquía de necesidades de Abrahan Maslow.  Hay cinco niveles diferentes en el modelo de Maslow, estos aparecen a menudo en forma de pirámide con las necesidades básicas en la parte inferior. Al ir satisfaciendo las mas básicas vamos escalando peldaños a lo largo de la pirámide. Normalmente de necesidades físicas hacia psicológicas.

"La pirámide de Maslow, o jerarquía de las necesidades humanas, es una teoría psicológica propuesta por Abraham Maslow en su obra: Una teoría sobre la motivación humana (en inglés, A Theory of Human Motivation) de 1943, que posteriormente amplió. Maslow formula en su teoría una jerarquía de necesidades humanas y defiende que conforme se satisfacen las necesidades más básicas (parte inferior de la pirámide), los seres humanos desarrollan necesidades y deseos más elevados (parte superior de la pirámide)."
Al entrar en una situación de supervivencia, nos damos de lleno con la base de la pirámide normalmente. Estas necesidades de la parte baja de la pirámide nos producen todo tipo de molestias e incluso la muerte si no se cumplen. Las mas altas de la pirámide se manifiestan con problemas psicológicos como la depresión y la ansiedad.

     Mediante la comprensión de este modelo y la colocación de nuestras necesidades personales a lo largo de los escalones de la pirámide, podemos evitar algunos de los problemas asociados con la falta de alguno de ellos.

     Es una situación de supervivencia o situación SHTF los dos primeros escalones son los inmediatamente importantes. Por supuesto que hay más y de hecho para consolidar los dos primeros peldaños necesitamos echar mano de la parte más alta de la pirámide. Nuestra preparación como supervivientes empieza por la parte superior de la pirámide.
     Necesidades básicas:

     Estas incluyen las necesidades más elementales y que son vitales para la supervivencia, como la necesidad de agua, aire, comida y el sueño. Maslow cree que estas necesidades son las mas básicas por la sencilla razón porque todas las demás se convierten en secundarias hasta tanto en cuento no se satisfagan nuestras necesidades fisiológicas.

     La regla de los tres:

- 3 minutos sin aire.
- 3 horas sin refugio.
- 3 días sin agua.
- 3 semanas sin comida.
- 3 meses sin compañía ?.

     Estos plazos no son necesariamente los indicados  y tienen una cantidad ilimitada de variables a considerar para cada necesidad. Lo que hace esto es proporcionar una receta simple para la retención para ayudar a priorizar sus órdenes de trabajo para una situación dada. 

     Por ejemplo en esas reglas no hemos visto el fuego, por lo que se hace evidente que el fuego no es una necesidad, sin embargo es una herramienta muy importante que nos ayudara a cumplir y mantener esas necesidades.

     Necesidades de seguridad:

     Seguridad y protección. Las necesidades de seguridad son importantes para la supervivencia, pero no son tan exigentes como las necesidades fisiológicas  Maslow nos propone (un empleo estable, seguro medico, vecindarios seguros, protección contra el medio ambiente...) La comodidad de la seguridad es muy parecida a la comodidad que se experimenta alrededor del fuego en la noche. En realidad un palo afilado no creo que sirva de mucho contra el ataque por sorpresa de un oso. Pero lo que si que hace es quitar la sensación de impotencia e inseguridad que se siente ante una situación de por sí incomoda e insegura.

     Seguridad también  es el contar con una fuente de alimentación estable, con un suministro de agua fiable y un refugio cómodo y seguro.

     Una vez satisfecha una necesidad automáticamente intentamos mejorar la situación. Es decir escalamos un pequeño peldaño en la pirámide (reforzamos el refugio, mejoramos nuestro lecho de descanso...), son escalones tan pequeños que no los apreciamos.
     Cualquier cosa que hagamos para reducir el estrés físico y el malestar lo clasificamos como una necesidad de seguridad.

     Mantener nuestras prioridades en orden nos permitirá sobrevivir en cualquier circunstancia que la vida nos depare.

Aspectos psicológicos de la Supervivencia










RESUMEN

     El adiestramiento y entrenamiento militar en supervivencia enfatiza la preparación física y la adquisición de determinados conocimientos técnicos, concediendo escasa relevancia a la preparación psicológica. Partiendo de este hecho, en el presente artículo se exponen y analizan brevemente una serie de factores psicológicos que condicionan y limitan la adaptación del militar que se ve inmerso en una situación de supervivencia. Seguidamente se presentan una serie de pautas y medidas psicológicas que, incidiendo en los aspectos anteriormente señalados, tienen como objetivo mejorar y favorecer la adaptación del militar a dichas situaciones, incrementando de esa manera sus posibilidades de superarlas con éxito.

Introducción

     Entendemos por situación de supervivencia aquella en la que un individuo se encuentra inmerso en un medio generalmente desconocido y adverso, en el que deberá subsistir con los recursos que le proporciona el terreno, manteniendo las condiciones psicofísicas necesarias para sobrevivir. Un accidente aéreo, un amerizaje en el mar, quedarse aislado durante la ejecución de una misión o ejercicio militar son situaciones probables en la vida de cualquier militar. Por tanto, todo militar necesita aprender supervivencia para poder afrontar ese tipo de situaciones con posibilidades de éxito.

     La mayoría de cursos, libros y manuales que enseñan supervivencia se centran en cuestiones técnicas, prestando poca atención a los aspectos psicológicos. Valga como ejemplo de ello que, si bien ambos señalan la importancia de dichos aspectos, tanto el FM 21-763 -manual de supervivencia del Ejército estadounidense- como su homónimo español el Manual de Enseñanza ME6-0032, apenas dedican un capítulo a la psicología de la supervivencia. Más curioso es el caso del Manual de Instrucción sobre Supervivencia del Ejército español, M17-0024, que ni siquiera menciona estos aspectos.

     Sin embargo, para afrontar con éxito una situación de supervivencia no solo se requiere unos conocimientos técnicos, sino que es necesario también poseer y entrenar ciertas habilidades mentales o psicológicas. En efecto, en supervivencia hay dos grandes aspectos a considerar: el técnico y el psicológico. El aspecto técnico aparece en todos los manuales de supervivencia y se refiere a un conjunto de conocimientos y técnicas necesarias para sobrevivir: construcción de refugios, obtención de agua y alimentos, medios de orientación y posicionamiento, etc. La preparación técnica es necesaria, pero no suficiente para salir airoso de una situación de supervivencia. Un ingrediente clave en toda situación de supervivencia es la actitud del superviviente, como lo es aceptar inmediatamente la realidad de la nueva situación y reaccionar de manera adecuada. De hecho, personas bien entrenadas han muerto por perder la calma y no ser capaz de poner en práctica dicho entrenamiento. Por tanto, se necesita una preparación psicológica adecuada, basada en una actitud positiva del individuo y en su deseo de sobrevivir.

     Es precisamente para sobrevivir que el superviviente deberá afrontar y superar una serie de retos u obstáculos que en última instancia pueden terminar mermando su moral. Miedo, frío, frustración, hambre, sed, cansancio, dolor, soledad... son algunos de ellos. Estos obstáculos generan pensamientos y emociones que pueden convertir a un militar bien entrenado y seguro de sí mismo en un individuo indeciso e ineficaz, cuya capacidad para sobrevivir se va a encontrar notablemente disminuida. Por tanto, todo superviviente debe ser capaz de reconocer la gran variedad de tensiones a las que se verá sometido, así como de controlar sus sentimientos y reacciones ante ellas.

     En consecuencia, un entrenamiento adecuado en supervivencia debe abarcar tanto la preparación técnica como la psicológica. Este artículo se centra en el aspecto psicológico de la supervivencia.Aspectos psicológicos a considerar en una situación de supervivencia

     Hay una regla básica en supervivencia que marca las limitaciones físicas del ser humano:


a) "El ser humano es capaz de sobrevivir hasta tres semanas sin comida". 
b) "El ser humano es capaz de sobrevivir hasta tres días sin agua". 
c) "El ser humano es capaz de sobrevivir hasta tres minutos sin aire".

     A esta regla podemos añadirle una premisa más: "El ser humano puede perder la vida en tres segundos si no es capaz de mantener la calma". Efectivamente, en toda situación de supervivencia hay que considerar la existencia de ciertos factores relacionados con el estado psicológico del superviviente que condicionan la forma en que se enfrenta a esa situación. Nos referimos a aspectos como la ansiedad y el miedo, la culpa, la irritabilidad, la soledad o la depresión. Por otra parte, otros condicionantes de tipo fisiológico como la sed, el cansancio o el dolor poseen un fuerte componente vivencial o subjetivo, de modo que la forma en que el individuo los experimenta o vive se ve muy influida por su estado psicológico.

     Siguiendo un esquema tradicional, a continuación se exponen una serie de aspectos psicológicos que condicionan la actitud y comportamiento del superviviente:

1. Soledad

     El hombre es un ser social, acostumbrado a vivir rodeado de sus semejantes; pocas personas sienten la necesidad de vivir solos. Además, vivimos en una sociedad que proporciona pocas oportunidades de poner a prueba nuestra habilidad para adaptarnos a la soledad, a la ausencia de los demás y a la falta de apoyo social. Por otra parte, la formación e instrucción militar fomenta en buena medida la cohesión y el trabajo en equipo, es decir, la interacción e interdependencia con los demás. Sin embargo, en una situación de supervivencia existen muchas posibilidades de acabar aislado física o psicológicamente, sin posibilidad de recurrir a la ayuda de otros. En este último caso nos referimos a la llamada soledad emocional, que se produce cuando pese a encontrarse en un grupo el superviviente se siente aislado de los demás. Esta soledad es más perjudicial desde el punto de vista psicológico, ya que además de los problemas que origina en el sujeto que se aísla, tiene repercusiones negativas en el grupo (negativismo, problemas de relación e interacción, y menor cohesión, etc.).

     Por tanto, es fundamental para todo militar adquirir durante su entrenamiento un elevado grado de autosuficiencia, que le permita hacer frente a situaciones caracterizadas por ese aislamiento y en las que deberá desenvolverse por sí mismo.

2. Culpabilidad

     Las circunstancias que llevan a una persona a una situación de supervivencia pueden resultar trágicas y dramáticas, como ocurre en caso de accidentes o misiones que implican bajas amigas. En estos casos no es raro que el superviviente, al tiempo que se alegra por permanecer vivo, se sienta afligido por la muerte de sus compañeros, apareciendo entonces sentimientos ambivalentes: por un lado sentirse afortunado por haber sobrevivido, por otro experimentar un sentimiento de culpa por no haber sufrido el mismo destino que sus compañeros.

     El superviviente debe aprender a manejar la culpabilidad de forma positiva, y no permitir que le arrebate las ganas de vivir. No hay nada más absurdo que rechazar la posibilidad de sobrevivir, más aún cuando otros compañeros no lo consiguieron.

3. Ansiedad y miedo

     Experimentar miedo y ansiedad es una reacción normal que se relaciona con el instinto de conservación y que previene al ser humano contra las situaciones que valora como amenazadoras para su integridad. En una situación de supervivencia podemos sentir ansiedad y miedo ante muchos estímulos: lo desconocido, perdernos, morir, el dolor, nuestras propias debilidades, etc. Empleados de manera efectiva y controlada, estos sentimientos pueden impulsar a la persona a enfrentarse a los peligros que le amenazan, estimulándole a luchar por su supervivencia. El miedo agudiza los sentidos, nos mantiene alerta y nos prepara para la lucha. No obstante, cuando el superviviente es incapaz de controlar la ansiedad y el miedo que experimenta, estas reacciones se convierten y manifiestan en conductas inadecuadas y desadaptativas (irritabilidad, agresividad, crisis de pánico o angustia) que pueden impedirle desarrollar las actividades necesarias para su supervivencia.

     La ansiedad presenta un triple componente -fisiológico, cognitivo y conductual- que todo militar debe conocer y que se resumen en la tabla siguiente:




     En una situación de supervivencia, estas manifestaciones pueden ser desencadenadas por determinados estresores que el militar debe conocer para poder identificarlos, anticiparse a ellos y desarrollar estrategias para afrontarlos. Aspectos fundamentales en supervivencia como la preparación y el entrenamiento, las experiencias previas, la actitud personal ante la vida y el nivel de autoestima y autoconfianza van a mediar en la percepción del superviviente acerca de qué factores son estresantes para él, y cuáles no.

Entre estos desencadenantes de la ansiedad y el miedo podemos señalar:


     a) Dolor, enfermedad y muerte. Estar herido o enfermo puede generar ansiedad en el superviviente, al limitar su capacidad para realizar determinadas actividades necesarias para subsistir, como encontrar refugio, obtener recursos, desplazarse, o escapar y defenderse del enemigo. Por otra parte, no hay nada más paralizante e incapacitante para el superviviente que el miedo a morir.

     b) Incertidumbre y falta de control. En toda situación de supervivencia predomina la incertidumbre, causada por la ausencia de información (¿dónde estoy?, ¿qué va a pasar?, ¿me estarán buscando? o ¿cuando me rescatarán?, etc.). Por otra parte, determinados individuos sienten la necesidad de poseer el control de todo lo que le ocurre y rodea, de modo que la falta de control propia de toda situación de supervivencia supone una fuente de estrés para ellos.

     c) Medio ambiente. Nos referimos a estresores externos como el miedo a lo desconocido, los agentes atmosféricos (calor, frío, nieve, lluvia, viento intenso), el terreno (montañas, pantanos o cenagales, desiertos) o la fauna que habita en la zona en que se encuentre el superviviente (animales salvajes, insectos y reptiles peligrosos).

     d) Carencia de agua y alimentos, o la dificultad para conseguirlos, supone una importante fuente de estrés.

     e) Fatiga. Una situación de supervivencia puede prolongarse durante días o semanas, exigiendo al superviviente realizar esfuerzos intensos y prolongados que pueden causarle cansancio y agotamiento. La fatiga se traduce en una disminución de las capacidades físicas (con enlentecimiento motor, dificultades de coordinación, etc.) y cognitivas (disminución de la atención y estado de alerta, aumento del tiempo de respuesta y de la tasa de errores, etc.) esenciales para la supervivencia.

     f) Aislamiento. Un desencadenante importante del estrés es que a menudo el superviviente se encuentra solo y debe confiar únicamente en sus propios recursos para sobrevivir.

4. Fustración

     Cuando una persona fracasa continuamente en sus intentos de lograr determinada meta corre el riesgo de caer en la impotencia y frustración. Para permanecer vivo hasta conseguir ayuda, el superviviente debe realizar determinadas tareas con escasos medios, por lo que resulta inevitable que cometa errores o que algo salga mal o escape a su control. Situaciones frustrantes en supervivencia son las dificultades para encontrar recursos básicos (alimentos y agua), perderse, condiciones climatológicas desfavorables (calor extremo, lluvia torrencial), el terreno inhóspito, la presencia de patrullas enemigas o las limitaciones físicas provocadas por heridas, cansancio o agotamiento. Tarde o temprano, el superviviente deberá enfrentarse con la frustración y con las consecuencias propias de ese estado, como la irritabilidad, la impulsividad, la agresividad, los comportamientos irracionales y la desesperanza.

5. Depresión

     En una situación de supervivencia es frecuente experimentar sentimientos de tristeza o desesperanza. Estos sentimientos no tienen porqué ser negativos, e incluso pueden impulsar nuestro deseo de sobrevivir con más fuerza. En cambio, cuando se agravan o se prolongan en el tiempo pueden desembocar en estados de depresión.

     Como es bien sabido en Psicología, la depresión se relaciona estrechamente con la frustración y la ira. La persona frustrada se vuelve cada vez más irritable conforme fracasan sus intentos de alcanzar sus metas, con lo que su frustración aumenta cada vez más, estableciéndose así un círculo vicioso que se autoalimenta hasta que el superviviente se derrumba física, mental y emocionalmente. Llegado a este punto, pueden aparecen conductas autolíticas y pensamientos depresivos del tipo "este es el final", "no merece la pena seguir viviendo" o "no hay nada que pueda hacer".



Medidas psicológicas para afrontar una situación de supervivencia

     Una vez analizados los aspectos anteriores, se proponen una serie de pautas y medidas psicológicas que nos ayudarán a afrontar una situación de supervivencia.

1. Tener siempre presente la posibilidad de verse envuelto en una situación de emergencia

     Ningún militar desea verse envuelto en situaciones peligrosas o de supervivencia, pero estas situaciones tienen un fuerte componente de sorpresa y se caracterizan por lo inesperado. No se trata de ponerse siempre en lo peor, ni en dejar que la posibilidad de verse envuelto en una situación de emergencia domine nuestra vida o actuación profesional. Pero debemos ser conscientes de la probabilidad de que nos ocurra, sobre todo en determinados momentos y situaciones como maniobras, misiones en el exterior o desplazamientos sobre terrenos desconocidos o inhóspitos.

2. Conocerse a sí mismo

     Aunque sorprendente, la capacidad del ser humano de adaptarse a las nuevas situaciones y circunstancias cambiantes de su entorno es limitada. Es importante para todo militar conocer cuál es su capacidad de adaptación y evaluar sus aptitudes para la supervivencia, lo que le permitirá detectar sus puntos débiles y desarrollar aquellas habilidades necesarias para sobrevivir3. Por otra parte, a lo largo de nuestra vida hemos tenido que enfrentarnos con situaciones que han puesto a prueba nuestra resistencia y límites psicológicos: grandes esfuerzos físicos, pérdida de personas queridas, rupturas sentimentales... Debemos analizar estas situaciones objetivamente, ser consciente de qué sentimos, cómo nos afectaron y reaccionamos ante ellas, para aprender de la experiencia y mejorar nuestra resistencia psicológica.

3. Estar preparados

     Una adecuada preparación y entrenamiento en supervivencia es positiva para todo militar, ya que fortalece el cuerpo y la mente, aumenta su autoestima y autoconfianza, fomenta la capacidad de improvisación y le prepara para afrontar con éxito una situación de supervivencia real. Entrenamiento y preparación marcan la diferencia entre sobrevivir y morir. Aunque en relación con otras especies animales, los instintos humanos se encuentran atrofiados, el hombre cuenta con un arma única: su capacidad para aprender racionalmente una serie de conductas y habilidades que podrá ejecutar posteriormente cuando las necesite. Aplicada a la supervivencia, esta preparación abarca tres aspectos fundamentales: el técnico, el físico y el psicológico:


a) Conocimientos teóricos y técnicos. La adquisición de estos conocimientos sobre supervivencia y el entrenamiento lo más realista posible (ejercicios y prácticas de supervivencia), permitirán al militar aprovechar los recursos naturales y suplir con ellos la falta de equipo adecuado2. Podemos mencionar el manejo de planos y brújulas, la orientación nocturna, la construcción de refugios, primeros auxilios, artes de caza y pesca, etc.

b) Forma física. Poseer una buena forma física es un factor que confiere mayor probabilidad de sobrevivir10. Sin embargo, lo peor que le puede ocurrir al superviviente no es encontrarse en baja forma, sino desconocer sus capacidades físicas y su nivel de resistencia reales. Por ello, todo militar debe valorar su fuerza y resistencia de forma objetiva y realista, sin dejarse influir por marcas o experiencias pasadas. Una vez inmerso en la situación de supervivencia, las tareas y actividades que realicemos deberán ser acordes a nuestras capacidades y preparación física, para no malgastar energías inútilmente.

c) Entrenamiento psicológico. Hemos visto que el superviviente va a experimentar una serie de reacciones que pueden incapacitarle o derrotarle en caso de no ser controladas adecuadamente: miedo, ansiedad, irritabilidad, etc. Pero utilizados adecuadamente, estos sentimientos y reacciones incrementan sus posibilidades de sobrevivir, haciéndole más fuerte y seguro de sí mismo.

4. Adoptar una actitud adecuada y positiva: voluntad de sobrevivir

     La voluntad de resistir y sobrevivir es posiblemente el factor más importante de la supervivencia. La historia está repleta de ejemplos que muestran que la mente y la voluntad tienen la capacidad de exigirle al cuerpo más de lo que éste puede resistir. A menudo, la fatiga que sufre un superviviente es una falsa señal que no se debe al agotamiento real de su capacidad de resistencia, sino a factores psicológicos como la desesperanza o la frustración que pueden llevarle al abandono y a la derrota. Es fundamental, por tanto, poseer una actitud psicológica fuerte que nos permita enfrentarnos sin desfallecer a la desesperación, la angustia, el tedio, el dolor, el hambre o la fatiga; sensaciones y sentimientos éstos que, como dijimos anteriormente, poseen un fuerte componente subjetivo. Esta actitud se caracteriza por:


a) Una moral elevada. Desde el punto de vista militar podemos definir moral como un estado de ánimo positivo hacia el cumplimiento de la misión. En una situación de supervivencia, nuestra misión es sobrevivir conservando la capacidad operativa, por lo que mantener la moral elevada contribuirá a aumentar las probabilidades de supervivencia.

b) El buen humor. Reírse de uno mismo y de sus circunstancias, aún en condiciones adversas, es una actitud saludable que influye favorablemente en la supervivencia.

c) El optimismo. Es importante ver el lado positivo de las cosas, ya que de todas las experiencias -incluso de las más adversas- se puede aprender. Con la actitud adecuada, una situación de supervivencia puede convertirse en una experiencia enriquecedora, una oportunidad única para explorar nuevas áreas y conocernos mejor. En cambio, una actitud negativa, caracterizada por el pesimismo, el abatimiento o la derrota conlleva una disminución de la moral y motivación, con lo que se reducen también las probabilidades de sobrevivir.

5. Saber reorganizarse y elaborar un plan de acción

     Llegado el momento, es fundamental conservar la calma y recordar los conocimientos y técnicas aprendidas durante el entrenamiento en supervivencia. Para ello es recomendable elaborar un plan de acción, que incluya los siguientes pasos:


1.- No precipitarse. En una situación de supervivencia es fundamental conservar las fuerzas y energías, no malgastándolas en actividades poco útiles para el objetivo de sobrevivir. En este sentido, descanso, sueño y calma son buenos aliados para el superviviente.

2.- Evaluar la situación de manera realista, prestando especial atención a aspectos como la presencia de heridos y de peligros o amenazas para nuestra integridad. También hay que considerar las posibilidades de desplazarnos a zonas más adecuadas o propicias para sobrevivir y obtener recursos como agua, alimentos o fuego. El análisis de la situación debe ser lo más realista y objetiva posible, ya que mantener unas expectativas irreales puede conducirnos al desánimo ante el primer contratiempo que surja.

3.- Establecer metas intermedias que nos acerquen al objetivo final de sobrevivir. Establecer estas metas y centrarnos en alcanzarlas estimula nuestra creatividad, nos motiva y nos mantiene vivos. Entre estas metas intermedias están colocar marcas o señales que faciliten el rescate, buscar o construir un refugio donde resguardarse, o conseguir agua, alimentos u otros recursos que pudiéramos necesitar.

4.- Realizar un mapa mental de la zona en la que nos encontremos, atendiendo a la topografía y fisiografía del lugar y a la presencia de puntos característicos en el terreno como accidentes geográficos (collados, cumbres, valles), el tipo de vegetación, construcciones o elementos artificiales (excavaciones, sendas, pistas), relieve (curvas de nivel), presencia de elementos característicos (árboles derribados, rocas con formas curiosas), etc. Ello será de gran utilidad si hemos de alejarnos del lugar donde hayamos instalado el campamento para explorar el entorno o buscar agua o alimentos.

6. Controlar el miedo

     La supervivencia depende en gran medida de la habilidad para manejar adecuadamente el estrés propio de la situación. En consecuencia, todo militar debe entrenarse para autocontrolar sus miedos, para percibirlos como algo natural y útil, y poder desenvolverse bajo sus efectos. Algunas medidas efectivas para ello son:


a) Fomentar una preparación adecuada y un entrenamiento realista en supervivencia, que permita adquirir los conocimientos y habilidades necesarios para aumentar nuestra confianza y seguridad en nosotros mismos.

b) Aceptar que el miedo es una reacción normal y positiva para la supervivencia, por lo que es importante aprender a reconocer los propios miedos y ser consciente de cómo pueden afectarnos en esa situación.

c) Confiar en sí mismo y en las propias posibilidades7. A menudo, en supervivencia habremos de confiar exclusivamente en nosotros mismos, en nuestros propios recursos, capacidades y habilidades para sobreponerse a las adversidades y sobrevivir.

d) Mantenerse constantemente atentos a lo que ocurre alrededor, para anticipar prevenir y detectar la existencia de posibles amenazas, riesgos y peligros.

e) Aplicar la sensatez y no dejar que la imaginación nos juegue malas pasadas. Muchos de nuestros miedos son tan infundados que no resisten al análisis de la lógica. Así, los animales salvajes rara vez atacan al hombre, más bien los evitan; y la mayoría de ruidos nocturnos, por muy amenazantes y peligrosos que nos puedan parecer, son solo ruidos.

f) Mantener el buen humor es un buen antídoto contra el estrés, la ansiedad y el miedo.

g) Por último, existen técnicas psicológicas de probada eficacia en el control de la ansiedad, como la relajación, detención del pensamiento, autoinstrucciones e inoculación de estrés.

7. Adaptarse a la nueva situación

     La creatividad, la capacidad de improvisación y adaptación son aspectos claves en toda situación de supervivencia. En estas situaciones, caracterizadas generalmente por un medio desconocido y hostil en el que las posibilidades de acceder a recursos están limitadas, deberemos usar nuestra imaginación y habilidad de improvisar para adaptarnos con éxito.

     Por otra parte, no hay dos situaciones de supervivencia iguales. No es lo mismo intentar sobrevivir en el desierto que hacerlo en un bosque tropical, ni todo se puede aprender en cursos o manuales. Generalmente, aprendemos unas habilidades básicas que después habremos de poner en práctica en la situación de supervivencia específica en función de sus peculiaridades y características. Es decir, habremos de introducir modificaciones sobre los conocimientos adquiridos, adaptándolos a la situación, lo que requiere grandes dosis de flexibilidad, creatividad y facilidad para improvisar y solucionar problemas.

8. Mantenerse ocupado

     Dado que somos seres sociales, acostumbrados a relacionarnos y desenvolvernos en grupos, el aislamiento, la soledad y el aburrimiento merman nuestras posibilidades y deseos de sobrevivir, conduciéndonos a la desesperanza. Para evitarlo, es fundamental tener ocupada la mente en actividades y tareas que aumenten nuestras probabilidades de sobrevivir: cuidar la higiene personal, recolectar alimentos, preparar señales para ser rescatado o mejorar la habitabilidad del refugio. Otras actividades para mantenerse ocupado pueden ser elaborar un plan de actividades que nos imponga disciplina al cuerpo y la mente (asearse, mantenerse en forma, practicar relajación, o buscar comida, etc.) o llevar un diario en el que anotar datos importantes de lo que nos acontece. En definitiva, se trata de evitar por todos los medios caer en la desesperación, realizando cualquier tarea que nos mantenga distraído u ocupado.



Conclusiones

     Aprender supervivencia es un requisito fundamental para todo militar, ya que a lo largo de su vida profesional se va a ver implicado en una serie de misiones y operaciones que pueden desembocar en una situación de supervivencia: participar en misiones de paz o interposición de fuerzas, maniobras, ejercicios militares, enfrentarse con desastres naturales.

     La mayor parte del adiestramiento y entrenamiento militar en supervivencia se centra en la preparación física y en la adquisición y desarrollo de una serie de habilidades o destrezas técnicas necesarias para sobrevivir, como construcción de refugios, obtención de alimentos, orientación, etc. Dicho entrenamiento apenas tiene en consideración diversos aspectos psicológicos cuya presencia es inherente a toda situación de supervivencia, como la ansiedad y el miedo, la soledad o la desesperanza. Sin embargo, la experiencia ha demostrado la importancia de estos aspectos, que a menudo limitan y dificultan la adaptación del superviviente, convirtiéndose en poderosos enemigos de la supervivencia. Por ello, todo militar debe conocer estos aspectos y ser consciente de su importancia para poder identificarlos, prevenirlos y saber enfrentarse a ellos. A este respecto se ha propuesto una serie de medidas y pautas de conducta cuyo objetivo es aumentar las posibilidades de supervivencia. Estas medidas giran en torno a la necesidad de que, dada la naturaleza de las misiones y operaciones que le pueden ser encomendadas, el militar sea conciencie de la posibilidad de verse envuelto en estas situaciones y se conozca a sí mismo, sus límites físicos y psicológicos. Este es el primer requisito de un adecuado entrenamiento en supervivencia, entrenamiento que debe incluir también una preparación física, técnica y psicológica, que posibilite al militar afrontar una situación de supervivencia. Para ello deberá poner en marcha un conjunto de estrategias y conductas que, impulsadas por una actitud positiva y un fuerte deseo de sobrevivir, le permita superar la adversidad y adaptarse a la nueva situación.

     En consecuencia, el entrenamiento militar en supervivencia debería otorgar mayor relevancia a la influencia de las variables psicológicas y a la preparación psicológica del combatiente. A ello puede contribuir en buena medida la Psicología Militar, no solo en la vertiente docente y asistencial, sino también en el fomento y elaboración de estudios e investigaciones sobre la influencia de los aspectos psicológicos en las situaciones de supervivencia, la vulnerabilidad psicológica ante estas situaciones, o la importancia de los estilos de afrontamiento, etc.

Conocimiento / Habilidad / Capacidad

¿ Eres uno de esos tipos que ha visto todos los vídeos de supervivencia en YouTube, pero nunca ha pasado una noche bajo las estrellas ? Si es así, perdona mi franqueza, pero lo más probable sera tu muerte en un escenario de supervivencia extrema.

Tu biblioteca puede contener lo que se ha escrito sobre supervivencia en los últimos veinte años, pero tus posibilidades de alejarte de una situación de vida o muerte son bastante escasas, incluso en el mejor de los días; si no tienes muy claros unos conceptos:

Conocimiento:

Es muy sencillo adquirir los conocimientos necesarios para sobrevivir a cualquier escenario simple, pero no fácil. El primer problema es que hay un número ilimitado de escenarios para prepararte, por lo que tienes mucho que aprender. Te va a llevar una cantidad considerable de tiempo y dedicación para tener el conocimiento suficiente para sobrevivir en la mayoría de los escenarios, y es un proceso continuo. Siempre hay más para aprender.

El segundo problema es separar la información falsa de la realidad. La solución es adquirir el mayor conocimiento de supervivencia como sea posible a partir de una variedad de fuentes y probarlo en el mundo real para conocer de primera mano lo que funciona y lo que no, lo que nos lleva al segundo factor...

Habilidad:

Una mayoría de gente ha terminado la universidad y se dan cuenta rápidamente de que no son capaces de aplicar lo que "aprendieron" en la misma, lo mismo se aplica a la supervivencia. Puedes "conocer" cómo hacer  un fuego con un taladro de arco, pero ¿lo has hecho alguna vez?. Todas las habilidades de supervivencia requiere una práctica constante para lograr y mantener la eficiencia. 


Para vivir en un escenario de supervivencia, debes ser competente en las habilidades necesarias antes de que las necesites. Eso significa que practiques a menudo. Practica la búsqueda de alimentos y de agua, navegación, creación de fuegos, etc.. práctica todo lo necesario en un escenario de supervivencia, esto, como la adquisición de conocimientos sobre el tema, es un proceso continuo.


Capacidad:

Asegúrate de mantenerse saludable y en forma. Comer sano y hacer ejercicio con regularidad así que cuando te encuentres en una situación de supervivencia, seas físicamente capaz de hacer lo que tengas que hacer. Eso podría significar caminar penosamente durante kilómetros  atravesando montañas, o incluso arrastrándote a través de un edificio en llamas para mantenerte por debajo del humo. Nunca se sabe lo que vas a encontrar, así que asegúrate de tener una resistencia adecuada.




Lleva siempre un equipo EDC, nunca sabes cuando te quedaras encerrado en el ascensor. Sé practico que cuesta poco.

Urgente e Importante vs Emergencia y Supervivencia




Una situación de supervivencia suele venir precedida por una situación de emergencia. Puede tratarse de un accidente, un fenómeno climatológico, una agresión, un incendio... La situación de supervivencia se da cuando la de emergencia se prolonga o sabes que va a ser prolongada hasta que consigas auxilio. La situación de emergencia se podría llamar punto de escape en este contexto puesto que es en este punto cuando todavía la situación no se ha vuelto todo lo grave que puede ponerse y puedes conservar ciertas facultades y tener la mente fría para valorarla. Tienes margen para identificar a lo que te expones y marcar tus objetivos y prioridades, así como planificar la consecución de ambos. Este objetivo puede ser, por ejemplo, pedir socorro o salir de una determinada zona hasta llegar a una zona de seguridad.

Para las prioridades: Importante vs Urgente. Tienes que poder identificar que es importante y que es urgente y no dejar que el tiempo pase sin ir alcanzando objetivos puesto que el tiempo hace que todo lo importante pase a ser urgente en una situación de supervivencia y en el momento que tu lista contenga más necesidades urgentes que importantes te puedo decir que estas en una muy mala situación y tu vida corre un grave peligro.




Cuadrante 1: Lo Urgente e Importante. Caracterizado por ser actividades que de no ser atendidas, veríamos amenazada nuestra existencia resolución de problemas inmediatos. Toda actividad que presiona sobre nosotros y signifique una gestión orientada a resolver problemas, enfrentar crisis, etc. caracteriza a este cuadrante.

Cuadrante 2: lo Importante, No Urgente. Este cuadrante refiere a aquellas cuestiones que si bien están más lejanas en cuanto a horizonte de tiempo para su resolución, son las que permiten nuestro aprendizaje mejor a futuro. En alguna medida, aprender significa sacrificar parcialmente nuestro bienestar actual en pos de una mejora futura. Planificar mejoras, capacitar, prevenir riesgos , anticiparse a tendencias, resolver conflictos antes de que se transformen en crisis, descanso y recuperación de energías personales, etc. Lo Importante, No urgente representa el desarrollo de las capacidades para mejorar la respuesta a desafíos futuros.

Pero además este cuadrante y lo que coloquemos en él, determina a todos los demás: Sin Importante, no puede haber Urgente. Poner primero, lo primero (es decir lo Importante), será nuestra consigna. Como estas cuestiones están más lejanas en el tiempo para su resolución, no presionan sobre nosotros. Sino, que nosotros debemos presionar sobre ellas.

Cuadrante 3: Lo Urgente, No Importante: componen a este cuadrante todas las interrupciones, imprevistos , reuniones no planificadas, etc. En general, representan deseos y necesidades de las demás personas que se transforman en solicitudes explícitas hacia nosotros y nos distraen. Ceder a estas solicitudes es una tentación constante ya que de ellas deriva muchas veces nuestra popularidad y aceptación personal frente a las demás personas. Aunque podemos comprobar que el costo de ceder, significa postergar nuestros deseos y aspiraciones.

Cuadrante 4: Lo No Urgente, No Importante: actividades de evasión, trivialidades, ocio no planificado, pérdidas de tiempo, etc . Muchas veces, el pasar demasiado tiempo en este cuadrante puede acarrear una crisis por falta de previsión y preparación adecuada para enfrentar nuestros problemas. La indiferencia o la culpa son subproductos emocionales resultantes de este cuadrante.


Solución de problemas en Supervivencia
La creatividad y la innovación están a la base de la solución de problemas:




La creatividad 

     Consiste en reconocer la relación antes no vista entre cosas (conceptos) produciendo algo nuevo, dando solución a un problema mediato o inmediato, explícito o latente. La creatividad es una característica de la inteligencia humana y es una función de nuestras capacidades más comunes, tales como la asociación de ideas, la memoria (o los recuerdos), la percepción, el pensamiento analógico, la búsqueda en el espacio de un problema estructurado y el pensamiento crítico. O la casualidad. La motivación y la emoción son indispensables. El contexto cultural y algunos factores de la personalidad son también muy importantes.

La innovación

     La creatividad es la base de la innovación, son actividades complementarias. No existe la innovación sin ideas creativas. El pensamiento creativo organizado (aunque la creatividad es un don personal), la innovación, es el resultado de la creatividad en una cultura organizacional apropiada. Es esta cultura corporativa lo que estimula y acoge, a través de las técnicas creativas, las posibilidades para el desarrollo de las habilidades creativas personales y de grupo. 



     Si la creatividad debe "innovar", el pensamiento creativo debe tener lugar más allá de los límites conocidos. Es necesario despertar la curiosidad, alejarse de las ideas convencionales y de los procedimientos formales, dependiendo sólo de la imaginación, de la divergencia, aceptar lo aleatorio y analizar múltiples soluciones y alternativas.
Es el pensamiento creativo lo que permite mejorar la comprensión de situaciones problemáticas, encontrar soluciones alternativas y de reserva. 

Existen metodologías para estimular las soluciones creativas.


     Todos somos creativos aunque nuestra creatividad se hacía más evidente de pequeños; queda aún el "misterio" de cómo y porqué nuestra creatividad ha dejado de manifestarse en algún momento de nuestra infancia.
La creatividad puede ser aprendida, practicada y desarrollada.

     Al fin y al cabo, podemos mejorar nuestra creatividad entrenándonos en la construcción de nuevas relaciones entre conceptos o eventos que antes nos parecían inconexos y que resultan ser nuevas entidades de conocimiento. La creatividad es precisamente encontrar nuevas relaciones entre las cosas. Todo se relaciona con todo.

     En cualquier situación nos tenemos que plantear una linea de pensamiento o secuencia de pasos del tipo: CCCDQQP, tratando de precisar una situación: 

Cómo; 
Cuando; 
Cuanto; 
Donde; 
Quién; 
Qué; 
Porqué;

     Y son especialmente útiles en asuntos muy específicos. El resultado es normalmente una organización muy precisa de la información y múltiples perspectivas del mismo objetivo.

     Algunas de estas técnicas pueden lo mismo ser utilizadas por el grupo que por el individuo. Es cierto que la creatividad, como el aprendizaje, es un atributo del individuo, pero da sus mejores frutos cuando se desarrolla en un grupo específico.


     La creatividad es (y ha sido siempre) el recurso para la solución de problemas y facilitar la adaptación al cambio.

Los Bloqueos son obstáculos mentales que limitan la forma en que un problema es definido y limita el número de alternativas.

Clasificación de bloqueos:

Perceptual: permite captar cual es el problema y verlo en todas sus dimensiones.

• Dificultad para aislar problemas
• Poca atención a todo lo que hay alrededor del problema.
• Rigidez perceptiva.
• Dificultad de distinguir entre causa y efecto.

Emocional: son inseguridades de uno mismo.

• Inseguridad psicológica
• Temor a equivocarse
• Aferrarse a la primera idea que se ocurra
• Alteraciones emocionales y desconfianza

     No existe una fórmula mágica para resolver una situación, depende de la manera como la persona aborda la solución, a partir del conocimiento que tenga de si misma y de sus posibilidades internas.

    Para superar las Dificultades:

     Identificar bloqueos, Tomar conciencia de su existencia, Buscar causas que los producen, Adquirir conciencia del potencial creativo, Creer en las propias capacidades, Superar la inseguridad.

     Motivación para la innovación

     La motivación es un flujo interno en la persona, que se activa como respuesta a una situación y que impacta sobre su estructura emocional, demandando que ponga a disposición toda la energía y recursos del organismo de manera sostenida. Hasta el logro y abandono del objetivo.

10-80-10 en una emergencia


     En una situación de emergencia en torno a un 10% de las personas actuarán con calma,elaborarán un plan y lo llevarán a cabo y, con fortuna, lograrán salir airosos de la situación. El grueso de los implicados, un 80%, se quedarán paralizado y no sabrán cómo actuar. Si tienen olfato sabrán imitar al primer grupo pero si les falla el instinto puede que emulen al 10% del pelotón de los torpes: aquellos que actúan de forma equivocada y empeoran la situación.

     Esta regla –conocida como 10-80-10- fue elaborada por el estudioso de la supervivencia John Leach y la trae a colación el periodista Ben Sherwood en su libro “El club de los supervivientes”, un superventas en EEUU que Paidós publico en España. El principio 10-80-10 es, en realidad, una aplicación del principio de Pareto o regla 80-20, en el que el 20% de cualquier grupo acapara el 80% de los recursos. En la versión de Leach ese 20% se escinde en dos partes: el listo, que sobrevive, y el necio, que muere y arrastra consigo a unos cuantos de la paralizada masa.

     Una parte sustancial del libro está dedicada a los accidentes aéreos, con toda la panoplia de datos y casos reales tan habituales en este tipo de investigaciones periodísticas en EEUU. Sherwood aporta datos conocidos (los índices de supervivencia en los asientos traseros del avión son mucho más altos que en primera clase, etc...) y otros menos conocidos, como que, contrariamente a la percepción generalizada, sobrevive más gente de la que muere en accidentes de avión.

     Convencidos de este dato, al subir al avión asumimos que, en caso de accidente, no vamos a salir vivos, así que bajamos nuestras defensas y hacemos oídos a las instrucciones de seguridad de las azafatas. El consejo de Sherwood es: no te quites los zapatos, no te bebas cuatro cervezas antes del despegue, no enciendas el iPod, porque, aunque no te lo parezca, tienes bastantes posibilidades (un 53%, exactamente) de sobrevivir si en los 90 segundos posteriores al accidente tomas las decisiones correctas.

     Sherwood también gestiona la página web El club de los supervivientes, en la que recopila informaciones sobre supervivencia en situaciones de emergencia y ofrece consejos a colación.

     Lo siguiente que debemos conocer es el concepto Más tres / menos ocho. Más tres se refiere a los primeros tres minutos de vuelo, y menos ocho a los últimos ocho. Más tres / menos ocho es el espacio de tiempo en el que se suele producir una situación de emergencia. La clave está en la vigilancia durante ese tiempo. Por ejemplo, nunca tome alcohol o somnífero antes de despegar.

     Tampoco debe escuchar el iPod cuando el avión esté en la pista. Debemos pensar de antemano lo que haríamos si necesitamos escapar. El profesor Ed Galea, de la universidad de Greenwich (Londres), descubrió otra curiosa teoría sobre los aviones. Afirmó que los pasajeros tienen más probabilidades de sobrevivir si se sientan justo al lado de la salida de emergencia o a una fila de distancia de ella.

     Al fin y al cabo, parece que la supervivencia es una cuestión de mentalidad. Si las cosas van mal, hay que adaptarse e improvisar (lo que los psicólogos llaman pasividad activa). La clave está en reconocer cuándo hay que parar y cuándo hay que avanzar.

     Científicos de Inglaterra, Estados Unidos y Nueva Zelanda han descubierto un gen de la resistencia. “Técnicamente se trata de un gen transportador de la serotonina o 5-HTT” -explica Sherwood-. “Sólo un tercio de la humanidad posee este gen, y gracias a él están mejor protegidos contra el estrés”. Si usted no forma parte de este porcentaje, para afrontar una situación extrema, Sherwood propone estar familiarizado con una serie de teorías.

     ¿Por qué hay personas que sobreviven a una catástrofe? ¿Por qué algunas conservan la calma en momentos de presión? Según revela el escritor y periodista Ben Sherwood en El club de los supervivientes, la explicación es puramente científica, es decir, los hay que nacen predispuestos genéticamente a superar todo tipo de obstáculos.


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