viernes, 14 de agosto de 2015

ESCRITO CON MI VIDA, POR GARCIA DE TOLETUM

                                                                  ESCRITO CON MI VIDA


Desde las latitudes de la soledad, donde se puede  ir  vía meditación a la retrospección de tu propio ser, para dar pábulo, a lo que de seguro quiere plasmar mi corazón, que ya no es sangre lo que fluye por el mismo, sino, la tinta de estas palabras, surgidas desde lo más profundo del alma.
Nacimos algunos para combatir como única vía en la existencia, por una misión que cumplir, por un destino que conquistar. De consagrar nuestra vida a una causa superior al propio ser, por encima de nuestra vida, en perpetuo servicio, por fidelidad, a nuestro ideal, a nuestra fe.
Que atrás quede el temor, y sin ambages,  he de escribir con mi propia vida lo que da sentido y significado a la misma, ser Nacionalsocialista para que entiendan aquellos propios del gremio, o nazi para aquellos profanos del propio.
Escogimos los senderos del honor, de la religión del deber,  hacemos culto a una mística guerrera! si por que amamos  el buen combate!  Porque en él está lo sublime, lo bello, lo que ennoblece, lo que fortalece, porque sabemos que en la lucha se hace mejor, se supera a uno mismo y todo lo contrario, el pacifismo es la utopía de los débiles.

Pero hay que saber por qué se lucha, partiendo de la base que la existencia en si es un eterno y continuo batallar, que no hay paz ni reposo, siempre hay que estar preparado y en alerta constante. Se lucha por lo que se siente, por tu patria, tu estirpe, tú ideal, tú familia por los que son los tuyos, por lo que amas.
Los que escogimos la vida del guerrero Nacionalsocialista, vamos avanzando firmemente, seguros de nuestra convicción, de vivir peligrosamente, puesto que no estamos exentos de enemigos, de amenazas, de riesgos. Vamos marcados por el odio de aquellos que usurpan un poder que no es suyo, los amos del mundo actual, que con su ignominia hacen sucumbir al mismo, aunque la mayoría de las masas de bípedos biempensantes, vayan en redil, a llenar sus placidas panzas el abrevadero del hedonismo, la vanidad y la depravación. Ellos esa caterva de relajados, que están de brazos cruzados, que dejan pasar los días de su vida, postrado en un sillón de brazos cruzados enfrente del televisor, de quejarse y maldecir que va mal va todo, y cuando llega el momento de la acción, no se  levantan y luchan, se callan, vacilan temen y dejan correr y escapar el momento decisivo de ser por una vez libres en el valor, de evadirse de  una existencia efímera y estéril, es decir inerte. Ellos esa sociedad uniforme, carente  de sentido, de los que creen que la ostentación, en pisotear al quien alga falta para ser mejor y tener más, es decir, vender hasta su propio hermano para ello. El vivir bien y valer según lo que se tiene y después como buenos feligreses rezan a su dios por una salvación eterna propia,( claro está), y después miran por encima del hombro del prójimo en el mejor de los casos, cuando no, se portan peor que el mismísimo belcebú, esa es su religión la del becerro de oro, por ello jamás pueden comprender el camino del heroísmo, la lealtad y el sacrificio. Su reino de ignorancia donde reina la hipocresía.


Nosotros por el contrario, porque combatimos, no nos llevamos ninguna retribución, ni premio alguno. Solo la satisfacción personal de dejar bien cumplido nuestro deber. Solo podemos tener un punto de mira siempre este donde se esté, recibir cárcel  ir al cementerio, o el hospital más cercano en el mejor de los casos, por ser fieles a nuestro ideal nacionalsocialista, por decir en voz alta y clara los que otros piensan tímidamente en voz baja, por cobardía y comodidad, al menos somos libres de tener esta elección, de tener actos de valor en nuestras vidas, de ver los ojos a la bestia, de ver el interior de sus fauces. Con ello homenajeamos a todos aquellos que a lo largo y ancho de la historia y del mundo han ennoblecido, han luchado y se han entregado con afán por nuestra patria y nuestra estirpe.  A si mismo damos el ejemplo a los que han de venir, Porque al menos, somos diferentes, de ser lobos en un mundo de borregos, de ser guerreros que asumimos con serenidad todos los peligros que nos acechan.
Solo decir aquellos incautos, los que nos caracterizan y encasillan en estereotipos surgidos de la leyenda negra de los medios de intoxicación mental, de los que nos juzgan con desconocimiento de causa, que se acerquen y nos conozcan para haber si es verdad lo que dicen sobre nuestro ideal y sobre nosotros.
Ya no solamente estamos odiados por nuestros enemigos, también se le suma por desgracia  la incomprensión de  aquellos seres queridos y conocidos que también han sido inducidos por la gran farsa de este gran hermano que es el sistema sionista de ocupación actual.
A si es, luchamos contra todo y contra todos, sin remordimientos, combatiendo y sobreviviendo en y en contra de este submundo en ruinas.
 En resolución, Queremos dar a nuestras existencias un sentido de milicia, inspirada en una mística guerrera, porque creemos que la vida en sí, es un combate constante, continuo y eterno. Por qué tenemos la firme creencia, que para cambiar el mundo, hace falta cambiar al hombre, y el hombre nuevo que proponemos, está basado en unos valores que están ligados íntimamente en la memoria ancestral, que es la esencia viva e inmortal de nuestro sentimiento y sentido de identidad. Y  por ello es nuestra determinación que la lealtad hacia nuestra identidad como raza y nación, es estar a la entera disposición, en un servicio permanente, en la lucha por su destino y supervivencia. Demostrando en ello que la única resolución para ello es el combate y el trabajo, constante y decidido.
Porque para iniciar nuestra lucha, nuestra revolución, ha de emprenderse dentro de cada uno de nosotros mismos, mediante una forja, una formación en todos los sentidos, sean estos, espiritual, psicológica y físicamente. Forjarnos como guerreros, en el arte de la guerra, curtiendo nuestra voluntad, nuestro cuerpo, mediante férreos ejercicios físicos y un espíritu de superación. Preparar  nuestra alma y mente mediante una entrega al conocimiento de las leyes inmutables y eternas del todopoderoso encarnadas en la naturaleza.
Alzamos sobre este submundo en ruinas, una escala de valores, que hacen de los hombres héroes y de sus hechos gestas. Estos valores donde el honor, el deber, el espíritu de entrega, de sacrificio, de abnegación, y todo ello sentirlo y expresarlo en un profundo sentido de camaradería. Para dar lecciones y ejemplos, no predicados con vacías y altisonantes palabras  de  discursos estériles, no. Ha de nacer en el afán de predicar en el ejemplo, y en ello clamamos no el pan de cada día, sino, el deber de cada segundo, de cada hora, de cada día de nuestras vidas, plasmado en una vía de acción y combativa.
Reclamamos, para nosotros los puestos de mayor peligro y dificultad, no por temeridad, sino, por sentir a flor de piel el valor y el coraje, que nos inspira nuestro ideal y la lucha que expresa el mismo. Porque somos una generación hecha a golpes, que sabemos encajar los mismos, porque sabemos por propia experiencia, que aunque la caída sea dolorosa y la herida profunda, no hay que dejar de luchar, de levantarse con más fuerza que nunca, con más ímpetu, ser tenaces, férreos en la unidad e imperturbables a combatir Aunque la cruda realidad que nos rodea, que nos ha tocado vivir, este llena de incomprensión, burlas, falsedad y odio contra nosotros, hay que mantener una aptitud y actitud, desafiante,  gallarda, abnegada, arrogante, orgullosa y sobre todo combativa, y tener por sentimiento y pensamiento, que solo el quien lucha y es fuerte sobrevive, y tener por guía y norte nuestro ideal y por él , nuestra consigna es, luchar para sobrevivir, sobrevivir para combatir y combatir hasta vencer o morir, este es nuestro credo que sentimos  por devoción y por derecho. Por qué no creemos en la felicidad pancista y conformista, sino, en la victoria heroica y viril.
Porque  la guerra no ha terminado aún, ni la paz es un reposo del  cobarde frente a la historia. Esta es nuestra voluntad y con ella forjamos  nuestro destino.
                                                 Sin remordimientos  ,GARCIA  DE TOLETUM.



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